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Recientemente, tuve una conversación con Felix, uno de nuestros colegas de nuestra agencia en Panamá, acerca de un ejemplo que me pareció curioso en una clase. La diapositiva expone un ejemplo sobre malas prácticas que hacen los anunciantes en redes sociales, y en la cual figura la publicación patrocinada en Instagram de un banco. Este banco (cuyo nombre me reservo) ha invertido bastante en tecnología para su transformación digital. De hecho, este anunciante recibió recientemente un premio de estrategia digital. Suena paradójico, ¿no?

 

Pareciera que muchas personas creen que debiera existir una correlación entre los diferentes avances tecnológicos de las empresas con su estrategia digital,  pero eso es un simple error. “Querer estar a la vanguardia online” es una manera común de pensar. Sin embargo, una estrategia digital involucra más que tecnología y digitalización en su comunicación. Quiere decir hacer un trabajo con objetivos medibles, planificación, optimización constante mediante tácticas y resultados demostrables que permitan rentabilizar la inversión del negocio.

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Escuchamos mucho acerca de estrategia digital hoy en día y todos tenemos nuestras propias ideas acerca de lo que significa. No obstante,  cuando escucho hablar de los objetivos que varias empresas quieren alcanzar en el mundo digital, casi siempre quedan demasiado ambiguos. La mayoría siguen midiendo el éxito de las campañas digitales en función de presencia de marca, crecimiento de fans, visitas, conversiones, etc. Y, sí, ¡también conversiones! Las conversiones no son sinónimos de ventas o rentabilidad de una campaña. Los anteriores pueden ser indicadores importantes a medir, sin embargo, es importante que los mismos estén alineados con las metas de tu negocio.

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Una estrategia impulsa la necesidad de crecer así como la seguridad de qué esperar de tus esfuerzos de marketing. Aunque podría señalar varias razones, a menudo se relaciona a la falta de compromiso. Y si el problema no es falta de compromiso o visión, tal vez el miedo a enfrentarse a la realidad lo sea. Lo he visto suceder en varias ocasiones y es normal caer en estos errores. Sin embargo, si tienes una actitud de franqueza, el plan para corregirlo está bajo tu responsabilidad. Ahora, para y respira profundo, es hora de que comiences a pensar en tu estrategia para el 2017.

 

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